El índice de situación hídrica declara la disponibilidad de agua para abastecer a la población, y hoy es preocupante, fue un verano sin lluvias y la bajante del Dique La Quebrada supera los 9,50mts., condición que pone en riesgo el normal suministro.
La escasez de precipitaciones es recurrente en nuestra zona, sobre todo en invierno, y se acentúa, aún mas año tras año. Según datos aportados desde la Planta Potabilizadora La Quebrada, en los últimos 12 meses, el déficit de lluvias registrados en el sector es de 255mm.
El dato no es ajeno a lo que sucede en el resto de la Provincia. “Córdoba presenta una sequía hidrológica de 3 a 4 años”, Así lo manifestó la doctora en Ciencias de la Ingeniería, Érica Díaz, quien, como parte del ciclo “Tardes de Ciencia”, organizado por la FaMAF y el Observatorio Hidro Meteorológico de Córdoba (OHMC), se refirió al déficit de precipitaciones, la falta de humedad y cómo esto impacta en una provincia semiárida como la nuestra.
Esto se ve reflejado en la disminución de caudales en los cursos de agua, y por ende en los volúmenes de embalses que almacenan el agua para el consumo humano. El nivel del Dique La Quebrada, parte del sistema integrado del que hoy dispone Rio Ceballos para la prestación del servicio, es el más bajo de los últimos cuatro años a esta fecha.
“Tenemos el ejemplo del dique de La Quebrada, que, si bien pocas veces llega a la cota máxima, la visión de ese sistema fue desarrollado para almacenar agua para abastecer a la población y frenar crecidas. Entonces desde allí es que la concepción cambia, porque ante las crecidas almacena agua y después se la va liberando gradualmente, porque esta es la consigna de este tipo de embalses y lo que no se tuvo en cuenta es la superpoblación de la zona”., sostuvo Díaz.
“Cuando avanzan las sequías en el tiempo, generan un déficit en la humedad del suelo, por lo cual los cultivos no van a poder adquirir el agua. Esto a su vez, si se prolonga, comenzamos a tener déficits en los caudales de los ríos, en los niveles de los embalses y en el agua subterránea, todo lo cual lleva a la sequía hidrológica”, comentó Díaz.
A esto hay que sumarle una serie de problemáticas que agravan la situación de insuficiencia hídrica: los incendios, el aumento de urbanizaciones de distintos niveles (planes de vivienda, loteos abiertos, barrios cerrados y complejos turísticos), y la deforestación. Se ha alterado de manera importante la superficie de captación por la destrucción del bosque nativo.
Como conclusión, “lo que nos queda por hacer es desarrollar estrategias para disminuir la demanda del recurso hídrico disminuyendo pérdidas, aumentando eficiencias y educando a la sociedad en los consumos”, acotó.
Ante el complejo escenario, la Cooperativa junto con los técnicos de la Planta Potabilizadora, realizan maniobras diarias a fin de solventar la producción y mantenimiento de cisternas, lo que incluye el aporte de caudal proveniente del Acueducto Sierras Chicas Norte, sin descartar futuros cortes rotativos, en caso de agravarse, aún más, la situación.